miércoles, 24 de abril de 2013

Playa-Can, la supuesta playa para perros de Gandía

Cabreada e indignada. Cómo se puede tener tan poca vergüenza de anunciar una playa para perros para promover el turismo y que “se convierta en un referente a nivel provincial y estatal”. Además dicen los muy ridículos que “esta iniciativa ofrece un valor añadido a la oferta turística de la ciudad, haciendo de la Playa de Gandía una zona rica y atractiva, a la vez que supone una ventaja competitiva a la hora de vender Gandía como destino turístico” y como no se quedan agusto dicen también que “supone una ventaja para el sector turístico ya que convierte a la Playa de Gandía en un playa más productiva, competitiva y abierta”.

Los responsables de a priori tan prometedoras palabras son El concejal delegado de la Playa de Gandía, Pepe Just, y el jefe del área de Turismo, Carlos Bolta, acerca de un engendro que han optado por llamar Playa-Can, será que la imaginación ya no les daba para más.

Me pregunto cómo se quedarán los visitantes que hayan elegido ese lugar atraídos por la posibilidad de pasar unas agradable vacaciones con su perro en la costa, cuando descubran que la supuesta playa es un rectángulo de 350 metros, a seis metros del agua (que no pueden pisar los perros) y que los canes deben ir en todo momento atados y con bozal. Eso sí, el ayuntamiento delimitará la zona con mástiles y pondrá papeleras, todo un derroche.

O se puede, o no se puede.

De igual manera que el nudismo en España no es ilegal, no hay ninguna ley a nivel estatal que prohíba el acceso de perros a las playas ,así que son los ayuntamientos los que a través de ordenanzas municipales regulan este acceso y las sanciones. Pero los nudistas no suelen ir a las playas atestadas de gente, es muy común encontrar playas un poco apartadas y generalmente olvidadas por los servicios públicos (sin socorrista, sin duchas, sin nada) donde hay costumbre de practicar el nudismo. La gente de la zona lo sabe y los visitantes se suelen informar a través de asociaciones y páginas web. El que quiere ir va, y el que no tiene otras muchas playas a su disposición. Lo mismo ocurre con los perros, y es curioso comprobar que suelen acudir a las mismas playas. Por lo tanto no es un problema legislativo, no pueden escudarse en que hay una ley que lo prohíba y tampoco en que la gente se les echaría encima si admiten perros donde ellos o sus hijos se bañan (deberían ver algún reportaje sobre lo que tiramos al mar).

La legislación lo permite y hay playas suficientes para acoger a todos (y si faltaran no sería por la afluencia masiva de perros, más bien por la destrucción consentida de nuestras costas). Entonces, ¿por qué tanta publicidad a unos míseros metros de arena? Me los imagino dándose palmaditas en la espalda contentos por salir en los periódicos y felicitándose por su revolucionaria idea.

Pues lamento decirles que su Playa-Can es una mierda con todas las letras, y que se lo queden para ustedes. Que mis perros y yo ya nos buscaremos otro sitio donde veranear, hombre ya, que se cansa una de leer tantas tonterías.

Foto: Karen en una playa de Valencia. Noviembre 2011


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